miércoles, 4 de abril de 2012

Ruta: Sierra de la Muela (Alhama de Murcia) 31-3-2012.

"ESTÁBAMOS ALLÍ"

Decidimos comenzar temprano aunque el recorrido en un principio parecía corto, estábamos allí en el punto de encuentro a la hora justa, como siempre, un nuevo miembro se sumaba a la expedición, nuestro amigo JUAN y nos faltaban algunos compañeros que no había podido venir, uno enfermo, otros con compromisos, etc., seguro que les hubiera gustado la aventura del día.

Ubicados ya en los vehículos, emprendimos la marcha en dirección a nuestro destino y aunque corto el trayecto en coche, ansiábamos poner pié en tierra y comenzar a caminar, pronto llegamos al mirador del embalse de Algeciras donde dejamos los coches, desde allí, las vistas impresionantes del embalse, un paisaje de Cárcavas desprovistas de vegetación y tierra blanquecina, mejor conocido como paisaje lunar, esos pequeños islotes en medio del agua, con el viento parecían que eran algo en movimiento y que iban dejando una estela atrás, tenemos que comenzar, estábamos junto al canal del trasvase y la ruta comenzaba al otro lado, cruzamos un puente de madera como si nos estuviera esperando para tocarlo y el canal repleto de agua.

Comenzamos la aventura para unos, el sufrimiento para otros, pues el comienzo era como cuando hicimos la senda del Caracol en Sierra Espuña, las pulsaciones empezaron a subir casi al mismo ritmo que la ascensión, estábamos fríos pensé, traté de respirar tranquilo y tomármelo con calma como me indicabais, la ascensión, aunque pronunciada, no era muy larga, solo tardamos una hora y cuarto pero yo lo pasé  fatal, las pulsaciones subieron por encima de 165, el estomago me daba arcadas, de vez en cuando tenía que doblarme, nunca me había pasado, mi hermano tubo que cargar con mi mochila, lo pasé mal, pero con las fuerzas que me dabais y las vistas que observaba pude llegar hasta el mirador.

Esas formaciones rocosas, plataformas de areniscas con mil formas, eran impresionantes, parecían bloques de piedra unos sobre otros, la erosión hacía mil formas en las rocas, esas torres altas, esas paredes esculpidas por el tiempo, el silencio, la calma, hicieron que me recuperara, las pulsaciones se habían estabilizado y me imagino que la tensión arterial, que últimamente la tengo por las nubes, también, os había vuelto a retrasar, gracias por aguantarme y por vuestro apoyo.

Con un poquito de viento en la cima, las cabezas se despejaron, las vistas eran espectaculares, estábamos al Norte de Alhama y veíamos toda la población, en frente la Sierra de Carrascoy, campos de cultivos, los famosos parrales, dominando Alhama, el Castillo que parece que lo están arreglando, tendremos que hacer otra ruta para visitarlo, en el mirador decidimos tomar un tente en píe, bueno casi almuerzo/comida, uno que si llevaba 5 bocadillos, empanadillas echas por Carmen, que si 2 barras de pan, que si una longaniza, que si cerveza, cocacola, que si cacahuetes, almendras, fruta y nos faltó PEPE con su café y vino dulce, te echamos de menos.

Pronto decidimos continuar, ya era todo bajada, el tiempo fue acompañando casi toda la mañana, estaba un poco nublado y nos salió el sol cuando estábamos en la cara norte de la sierra, donde se encontraba todo el arbolado, estábamos dentro del bosque, de vez en cuando veíamos pinos grandes, con formas raras, otros que parecía tres juntos salidos de la misma raíz, otros bastante grandes, no por su altura sino por su grosor, hablábamos, reíamos en nuestro camino, nos sentíamos bien, nos faltó la palmadita en la espalda que de vez en cuando nos da Paco, una maravilla, siempre animando, siempre tratando de ayudarnos, siempre con tu sonrisa.

Estábamos allí delante del  PINO GORDO, esto si que era impresionante, tratamos de abrazarlo y entre 4 pudimos, impresionante, lo dominaba todo, no había otro que le pudiera hacer sombra, lástima que no hubieran más como él, si lo tocaste, lo sentirías, oísteis su cantar, el viento entre las ramas, tuvimos que dejarlo pues teníamos que seguir.

Como si de una pastilla me hubieran dado, me encontraba mejor y empecé a acelerar el ritmo de la marcha, me encontraba bien, podía acelerar más, Carmen me acompañaba, hasta le instamos a Calisto y Juan que se apartaran o aceleraran, qué me habías dado PINO GORDO?  Que ya no estaba cansado, mi respiración bien, al igual que las pulsaciones, por momentos sentía ganas de correr o así lo creía, había sido él o vosotros mis amigos, los que me acompañabais.

Pronto llegamos otra vez al Canal lleno de agua, recorrimos un tramo, ganas daban de bañarse, creo que más adelante, otra vez el puente de madera nos invitaba a cruzarlo, estábamos en el lugar de partida.

Nuestro amigo Pablo, nos sacó una foto de espaldas al Pantano, espero que nos pases las fotografías para el recuerdo, aunque el mejor recuerdo, el haber estado allí, el poder contarlo.

Y la aventura terminó por ese día, pero habrá muchas más……..
Espero que sintierais parte de lo que yo sentí, de lo contrario tendrás que repetirla o no estábamos en el mismo sitio. Me sentiré feliz si algo de lo que os he contado te ha hecho recordar aquel día o aliviarte un poquito los problemas de hoy.

Saludos,
Antonio Ros.

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