Hola! amigos de Menua Ruta:
Ya están subidas las fotos de esta ruta.
He pesando en abrir una nueva pestaña con el titulo "Como hacerlo", con la intención de ir poniendo breves, sencillas y claras instrucciones para ver y realizar cosas en el Blog y que sirvan de ayuda, como un sencillo manual. Por ejemplo, cómo ver las fotografías o cómo bajártelas a tu ordenador. De igual manera, cualquier cosa que tengáis dificultad o queráis una ayuda, me lo comunicáis y lo pongo.
Como en esta ruta no pudo venirse Antonio Ros, la crónica la escribiré yo. Siguiendo la estructura del cronista oficial, he pensado en el siguiente título.
COMO DISFRUTAMOS. QUE NOS SIGAN ENGAÑANDO.
Hoy es un sábado especial, se huele a sardina quemada, y queremos hacer una ruta corta que nos permita terminar pronto y aprovechar mejor esta peculiar mañana. El correo que nos anticipa la ruta, aparece una propuesta un poco sospechosa. Duración unas tres horas con dificultad ninguna. ¡¡¡Jejejejeje!!!. Menos mal que vino Lali y reformaron la ruta, porque los guias (Diego y Calisto) nos tenían preparado una "menua ruta".
Como siempre, a las 8:30 horas nos encontramos en la Ermita de Sangonera la Verde. Pronto los guias están ansiosos por salir, se respira un aire triunfal y nos ponemos en marcha. Cogemos la Rambla de Sangonera y empezamos avanzar con una subida suave pero constante. Sin duda, aunque ya hemos pasado en otras ocasiones, cada vez es distinta y cual de ellas mejor. La Rambla en su conjunto, cada rincón y los distintos parajes son preciosos e incluso a veces hay que parar a tomar aliento y no es tanto por el cansancio. La temperatura, la luz, las personas, las conversaciones, el estado personal de cada uno, hace que cada vez sea distinto nuestro paso por el mismo lugar, recibiendo sensaciones y percepciones muy diversas, lo que hace en mi caso personal, que no me canse y desee volver.
Sin pausa vamos avanzando y a un ritmo con cierta viveza, a pesar de la cual, nos permite ir disfrutando de cada rincón. Además se va produciendo dos marchas paralelas, la que vamos haciendo físicamente y la que hacemos en nuestra memoria. Esa roca, ese árbol caído, esos fósiles, ese salto de una piedra a otra... te van haciendo recordar o evocar las otras veces que pasastes por ese mismo punto. Casi podríamos decir, que vamos disfrutando doblemente.
Cuando ya estábamos en la parte más alta de la Rambla, sí, sí, sí, la cosa no quedo ahí, seguimos subiendo, ahora la subida se hace un poco más exigente, esto también suena y efectivamente las sospechas se confirman, vamos en dirección al Cabezo del Alto (603 m.), tras un buen tramo, nos situamos en la cima. Estamos hechos unas máquinas, jejejejejeje.
Descendemos un poco en busca de un lugar que nos ampare del viento, pronto lo encontramos y nos acomodamos para reponer fuerzas. Cada uno se puso en faena, unos con bocadillos, otros fruta... Carmen nos sorprendió con unos dátiles rellenos y con especias que sabían a gloria y que decir de las magdalenas de Calisto, o mejor dicho, al Cesar lo que es del Cesar, hechas por su señora, que te transportaban al Olimpo (felicitala en nombre de todos). Claro, aunque había moscatel, falto el café, confieso mi cumpla. finalizado este agradable rato, nos pusimos en marcha, pues el tiempo no se paraba.
La bajada fue a un ritmo alegre, pronto volvíamos a coger la Rambla de Sangonera, el grupo de dividía en otros más pequeños, donde se iba disfrutando del entorno y sobre todo, de las amenas y enriquecedoras conversaciones. No se en que punto, hicimos un "atajo", con el fin de pasar por lo que nosotros hemos llamado la "Calzada Romana", pues Juan no la conocía. Juan nos aporto otra explicación, que intentaría confirmar y haría los preguntados pertinentes. Estamos en una zona con canteras y donde se extraían piedras para la capital, estos caminos de piedra y cortes podían servir para poner las carretas y cargas los bloques.
La ruta estaba llegando a su fin, sobre la una del mediodía llegamos a los coches. Otra buena y extraordinaria rutanca. Felicidades a los guías y preparadores de las rutas. Seguir engañándonos. Jejejeje.
Un saludo y que la semana vaya bien.
JP.
Descendemos un poco en busca de un lugar que nos ampare del viento, pronto lo encontramos y nos acomodamos para reponer fuerzas. Cada uno se puso en faena, unos con bocadillos, otros fruta... Carmen nos sorprendió con unos dátiles rellenos y con especias que sabían a gloria y que decir de las magdalenas de Calisto, o mejor dicho, al Cesar lo que es del Cesar, hechas por su señora, que te transportaban al Olimpo (felicitala en nombre de todos). Claro, aunque había moscatel, falto el café, confieso mi cumpla. finalizado este agradable rato, nos pusimos en marcha, pues el tiempo no se paraba.
La bajada fue a un ritmo alegre, pronto volvíamos a coger la Rambla de Sangonera, el grupo de dividía en otros más pequeños, donde se iba disfrutando del entorno y sobre todo, de las amenas y enriquecedoras conversaciones. No se en que punto, hicimos un "atajo", con el fin de pasar por lo que nosotros hemos llamado la "Calzada Romana", pues Juan no la conocía. Juan nos aporto otra explicación, que intentaría confirmar y haría los preguntados pertinentes. Estamos en una zona con canteras y donde se extraían piedras para la capital, estos caminos de piedra y cortes podían servir para poner las carretas y cargas los bloques.
La ruta estaba llegando a su fin, sobre la una del mediodía llegamos a los coches. Otra buena y extraordinaria rutanca. Felicidades a los guías y preparadores de las rutas. Seguir engañándonos. Jejejeje.
Un saludo y que la semana vaya bien.
JP.
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