¡Hola! amigos de Menua Ruta:
Este sábado hicimos una ruta, corta en duración, pero no por ello menos espectacular, bonita y que nos permitió recrearnos y disfrutar de cada metro de la misma. Las fotos las tenéis en la "Galería de fotos".
Una breve descripción de la ruta. Hicimos la salida desde el área recreativa que hay en la parte derecha del Puerto de la Cadena, junto a las casas del Poztargo y al pie del Castillo de la Asomada en el Cabezo del Puerto o más conocido por el Castillo de la Cadena, inmediatamente cruzamos al otro lado de la autovía para acceder a los restos del Castillo del Poztargo, construcción islámica de la época de Ibn Mardanish. Las casas del Poztargo, en la época medieval, eran el lugar donde se ponía una cadena y había que pagar un peaje para pasar el camino hacia Cartagena o para Murcia. Era un impuesto por el tránsito de personas y de mercancías. De ahí el nombre de puerto de la Cadena.
Dejamos atrás el castillo para enfrentarnos una cortas pero duras y exigentes rampas, después de las cuales, la ruta seria muy llevadera. Pasamos por los depósitos de agua de "la Pinada" que abastecen a la población de Corvera, por una espectacular cantera y después de un tramo de pista y otro de monte a través, accedimos a la casa de "La Pinada", finca que pertenecía a doña Concha Villamil y Pineda, unos marqueses que vivían en Madrid y que venían a veranear durante los meses de verano. La bonita casa, con su gigantesca y fresca alberca, con su mesa y sillas de piedras envueltas en un jardín tiene unas vistas que dominan todo el valle de Murcia.
Ya estábamos muy cerca del final de la ruta, subimos un pequeño monte, desde cuya cima se domina el acceso al puerto y donde hay situado un nido de ametralladoras de la guerra civil española. Desde allí, seguimos subiendo un poco más hasta llegar al Castillo del Poztargo. Bajamos hasta la autovía y cruzamos hasta el área recreativa donde teníamos los vehículos.
Un saludo, JP.
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ResponderEliminarLa finca "La Pinada" la heredó Concepción Pineda González-Maldonado. Casada con Manuel Pérez-Villamil García, la legaron a sus seis hijos y éstos (y los nietos que recibieron una participación por el fallecimiento de sus respectivos padres), la vendieron hace años al dueño de la empresa de embutidos "El Pozo".
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