viernes, 16 de noviembre de 2012

Ruta: Sierra Espuña-Fuente Bermeja-Senda del Agua 3-11-2012.



CIELO AZUL, LUNA LLENA 
 
Otra vez tendríamos una salida espectacular, había llovido durante la semana y especialmente el viernes por la noche, la mañana se presentaba de maravilla, alguna nube, aire limpio y ella, allá en lo alto, mirándonos como casi siempre, la luna se había aliado con el tiempo y nos esperaba un gran día.

En el lugar de encuentro nos agrupamos en los coches y partimos en dirección a la aventura del día, pronto llegamos al destino, aparcamos debajo de los eucaliptos, cerca de los caseríos entre huertos de limoneros. Se plantean dos opciones, como casi de costumbre últimamente, tomar la decisión mas acertada de la ruta a seguir, unos que si la que ya conocíamos y otros aventurarnos por sendas que no conocemos, problema de esta última opción, el tiempo, no sabíamos cuanto tardaríamos, nuestro buen Pablo insistía que teníamos que conocer nuevos caminos.

La miré allá en lo alto y empecé a caminar, teníamos que ir por senderos nuevos, costara lo que costara, así que los demás me siguieron, me encontraba bien esa mañana y solo tenía que seguir a la Luna y comenzamos, cogimos un camino que enseguida se terminó, así que tuvimos que buscar un acceso a la central eléctrica, ¡claro!, el camino estaba más arriba, así que hicimos camino nuevo, pasamos los tubos por donde baja el agua desde la cima a la central de producción de electricidad y seguimos el sendero, el sol nos iluminaba a veces y era de agradecer a esas horas de la mañana, otras veces se escondía entre las nubes, menos ella, allá en lo alto nos observaba durante todo el camino, la vegetación era una maravilla, todo lleno de romero, lo teníamos por doquier, el camino estrecho y angosto nos obligaba a rozarnos con la vegetación, así que entre la humedad de la tierra y el olor a romero íbamos como en una nube, por suerte para mi,  ese día me encontraba bastante bien y apenas notaba el camino, no había subidas bruscas aunque no parábamos de ascender, pronto los barrancos a nuestra izquierda se hicieron más pronunciados y veíamos las copas de los pinos, esos pinos de Sierra Espuña, parecen distintos en cada zona, impresionan  sus formas, ese color cuando destellaba el sol en la cima, ese color verde claro.


Un gran bosque en nuestra sierra, esos pinos altos, de vez en cuando alguna encina y gracias a la lluvia un gran manto verde en las zonas mas húmedas, hay una pequeña bifurcación, por lógica yo insisto que la derecha, por cabezonería de nuestro amigo… no digo nombre, se metieron a la izquierda, claro que tuvimos que retroceder, se encontraron en menos de 10 m. con un barranco a sus pies, aunque mereció la pena por las vistas, por una vez yo había acertado, casi siempre me desoriento, pero ese día, ella allá en lo alto me servía de guía, el camino transcurría por el lado opuesto del barranco, por donde normalmente subimos, las vistas eran totalmente distintas, eran mucho más bellas y no teníamos ciclistas a cada momento pidiéndonos paso, aunque siempre nos apartamos antes de que lleguen, hay que compartir el camino y nosotros siempre tendemos una mano y casi siempre animamos a los que con tanto esfuerzo suben en bici esas cuestas a veces interminables, otras veces cuando se paran, compartimos algo del camino o intercambiamos información.

De vez en cuando salía el sol e iluminaba toda la rambla, vimos a nuestra izquierda y en lo alto del cerro una construcción peculiar, estaba en todo lo alto, parecía un canal y el sol aparecía a través de los arcos, nos dijimos que posiblemente fuera el canal que en otras veces seguíamos  pero que nunca lo habíamos seguido en el recorrido que veíamos desde el punto que estábamos, así que nos propusimos un reto, tratar de descubrirlo,  pues la bajada la haríamos por las rampas que normalmente utilizamos para subir.

Llegaba la hora del almuerzo y no habíamos llegado aún a nuestro destino, Fuente Bermeja, alguno se empezó a poner nerviosillo, ya que no sabíamos cuanto faltaba, aligeramos un poco el paso y pronto llegamos a la bifurcación que gira hacia el Berro y de frente hacia las casas del Leiva, a nuestra izquierda el barranco, teníamos que bajar, supuestamente habíamos llegado, aunque no veíamos camino claro, empezamos a descender, estábamos en el lugar adecuado, habíamos llegado a Fuente Bermeja.

Pronto y en la mesa que hay junto al albergue, desplegamos todas las viandas que llevábamos, bocadillos, pan, fuet, las empanadas que nuestra cariñosa Carmen había hecho (estaban buenísimas) y la bebida, teníamos para elegir entre cerveza  rubia y cerveza negra, los chistes, la conversación amena, nos hinchamos bien a comer y beber,  faltaba el plato final,  nuestro amigo Manolo había traído el tan deseado bizcocho que hace su mujer, Lali, NO QUEDARON NI LAS MIGAJAS, estaba buenísimo, había quien pensaba llevarse un trocito, nada, de nada, si hubiera traído dos, hubieran caído, a esto le sumamos el café por partida doble, el de Pepe y el de Carmen, pero todavía habría una sorpresa, Carmen y Paco trajeron un vinito dulce, que como estaba el jodío de bueno.

Así con la panza llena, comenzamos la vuelta y había que hacerla ascendiendo, a algunos le pesaban las piernas, sorprendentemente yo iba fenomenal, no me dolían las rodillas, así que ahora me tocaba tirar del grupo, pronto llegamos a la altura del canal, llevaba poca agua y lo seguimos, en algunos tramos veíamos el camino que habíamos cogido al otro lado del barranco, estábamos ascendiendo, las piernas casi nada. Íbamos a paso ligero y decidimos seguir hasta el final el canal, que terminaba en el caño Espuña, ese que te encuentras casi al principio y que lo ves bajar por toda la ladera, seguimos avanzando y pronto dimos con la construcción de arcos que vimos esa mañana desde lejos, era la conducción del mismo canal que terminaba en la cumbre en una gran balsa que se utilizaba antiguamente para la recogida y almacenamiento del agua, estaba bastante deteriorada y llena de cañas, las compuertas con traviesas de madera estaban rotas, el abandono, el descuido, el deterioro de las construcciones antiguas que deberían de conservarse, puede que en un tiempo no muy lejano tengamos que hacer uso de ellas, el agua ya en caída transcurría por un estrecho canal lleno de vegetación a ambos lados, hay un estrecho sendero por el que se puede pasar y llegar nuevamente al camino, ya poco nos faltaba, hasta el momento, todo risas, comentarios, volvía el silencio, cortado de vez en cuando por alguna anécdota del día, una mirada al cielo y allí estaba ella, nos había acompañado toda la mañana, cielo azul, luna llena y la aventura terminó por ese día, pero habrán muchas más… y ahora con gafas nuevas podré ver lo mismo que tú o no.

Espero que sintierais parte de lo que yo sentí, de lo contrario tendrás que repetirla o no estábamos en el mismo sitio. Me sentiré feliz si algo de lo que os he contado te ha hecho recordar aquel día o aliviarte un poquito los problemas de hoy.

Saludos,
Antonio Ros


Fuente Bermeja.





FICHA TÉCNICA DE LA RUTA
Sierra Espuña – Fuente Bermeja por sendero opuesto
 Distancia
 16 Kilómetros
 Altitud
 Mínima: 370 metros
     Máxima: metros
 Desnivel acu.
 Subiendo:  metros
     Bajando: metros
 Dificultad
 Moderada

Con almuerzo.
 Tiempo
 4 Horas 30 minutos
 Fecha
 3 Noviembre 2012
 ¿Ruta señalizada?
NO en algunos tramos


 Ruta circular
 Sí
 De interés
 Recorrido precioso.
 Valoración (1)

  * * * * *      (1) 0 No aconsejable - 5 Para repetir

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