CON LOS OJOS BIEN ABIERTOS
En el punto de encuentro, alguno
se retrasaba, mirábamos al cielo, parece que iba a hacer un buen día, ya con el
equipo casi al completo decidimos emprender la marcha en coche hasta el lugar
del comienzo de la aventura del día. Pasamos por Alhama, gran concentración de ciclistas, por la carretera hacía Sierra Espuña, más pelotones que cubrían casi toda la calzada y no dejaban pasar, en dirección al Berro, pronto llegamos al
punto donde comenzaríamos ese día, algún
caserío y huertos de limoneros se veían
cuidados pero cargados de ese cítrico con el que nos gusta aliñar muchas
comidas y zumo refrescante en verano.
Habían tres caminos y tomamos el
del centro, pronto vimos el
indicador SENDA DEL AGUA / FUENTE
BERMEJA y comenzamos el ascenso, ésta
vez tenían razón los que diseñaron la ruta, la dificultad era media/baja, zigzagueando y con poca
pendiente, anduvimos un buen trecho, donde nos pasaron los ciclistas que antes
nos encontramos en la carretera, apunto
estuvimos de boicotearlos y hacerles lo mismo que ello hacen y no dejarlos
pasar, pero claro, la cordura nos vino a
la cabeza, nos apartamos del camino y les dejamos pasar, alguien más nos pasó, un deportista corriendo como si de llano se tratara. El paisaje se convertía cada vez más en cual
rincón mas maravilloso, el tiempo estaba
nublado y había una tenue niebla que no nos permitía ver a lo lejos, era impresionante, cada curva que dábamos
veíamos algo que nos gustaba, la
vegetación iba cambiando con la altura, las formaciones rocosas como si se
movieran, sin darnos cuenta llegamos
arriba, de pronto, en mitad del camino y cruzándolo, un canal muy
estrecho de agua, no más de un palmo,
(CAÑO ESPUÑA), lo impresionante, no
sabíamos de donde salía (MANANTIAL), pues
arriba no veíamos nada, pero allí estaba el canal por donde bajaba agua fresquita y empezamos a notar que lloviznaba, ¡ay! me ha caído una gota, a mi también, apenas unas gotas nos fueron acompañando durante un trecho, hasta que
llegamos a la parte más alta, era
maravilloso, ya me lo dijo mi hermano, Calisto nos enseña un canal más ancho con agua y el mirador al otro lado, aunque
seguía la neblina, vimos Alhama y la Sierra de La Muela donde habíamos estado el sábado
anterior, claro que desde donde
estábamos se veía toda la sierra, insisto, una maravilla y otras más
que encontraríamos en el camino.
Dejamos la senda y por
indicaciones de Calisto, seguimos por la orilla del canal de agua, un sendero muy estrecho, estaba todo verde, los pinos impresionantes, eran muy altos,
troncos gordos y rectos, se notaba que tenían agua, pues era la cara
norte, seguíamos el sendero a veces casi
no cabía el pié pues no era un sendero de paso, el camino lo teníamos más arriba, siguiendo el canal, agua limpia y lleno de
vegetación, una rana bien gorda, se
quedaba mirándonos sin miedo, no tenía nada que temer, la teníamos a tres
palmos, pronto aparece otra y otra, éstas ya más pequeñas y una sorpresa, una pequeña serpiente de agua, bueno parece
que esta vez vamos a ver la fauna del lugar, pronto encontramos otra, así hasta 5/6, también en el agua algunas
ninfas de libélulas según nuestro naturalista Pablo, íbamos entusiasmados con lo que veíamos, era impresionante, el canal a nuestra izquierda y la mayoría de
las veces barranco a la derecha, íbamos
por el borde, estábamos en la cima e íbamos bordeando la sierra, dimos una curva y ya
no teníamos nada a nuestra derecha, salió un poco el sol y teníamos un barranco
a nuestros pies, fue impresionante, la verdad, a cada paso que dábamos, teníamos que llevar mucho cuidado, un
tropezón y acabaría con todo, de pronto un estrechamiento, una roca cortada como un pasillo de no más de
70 cm. por
donde pasaba el canal y nosotros también, no podíamos por otro sitio, las vistas a nuestra derecha una maravilla, a
lo lejos creo que era el Morrón Chico/senda del Caracol y no os recuerdo si mirábamos hacia abajo, se
nos notaba en las caras, estábamos
contentos, ni nos dábamos cuenta del paso del tiempo, tan entusiasmados
estábamos que ninguno nombró el almuerzo hasta que no llegamos al camino, descendimos por una pista hasta la casa
forestal Fuente Bermeja en un paraje de
maravilla, con una mesa hecha de obra, la primera vez que almorzábamos sentados en una mesa, grandes árboles y rodeados de
vegetación, pronto llenamos la mesa
y nuestra Carmen, como siempre, nos sorprendió, una tortilla de ajos tiernos, que buena que estaba, cervezas, coca colas, bocatas y algunos con su fruta y pepino
(muy recomendable y saludable por
cierto), incluso el sol se atrevió a salir, más
bonito aún y disfrutamos otro momento
más.
Teníamos que seguir, nos habíamos
entretenido demasiado y teníamos que volver, seguimos un corto trecho el camino que llevaba hasta la Casa Forestar del Leyva, solo para que apreciáramos la vegetación del
lecho del RÍO ESPUÑA que nace en el
Collado Bermejo a 1.202 m., parecía
una selva y con mucha enredadera espinosa (zarzas), me recordaba tiempos de pesca en el Río
Segura, había que ir provisto de tijeras para poder pasar, bueno, despertar una foto en un Chopo muy grande, tenemos que volver, cogimos la pista que iba
casi paralela al canal hasta el mirador, lugar donde lo vimos por primera vez y comenzamos el descenso por la
cara sur, menuda diferencia de
vegetación, esta más seca, los pinos no llegaban ni a la mitad que los
anteriores, aún nos seguía sorprendiendo
Calisto, parajes bonitos, nos íbamos
saliendo de la pista y cogíamos senderos por donde creemos solo pasan las cabras, en algún momento vimos la
carretera cerca y nosotros más nos alejábamos, cada vez aprendemos algo nuevo, el esparto estaba por doquier y en flor, si coges el tallo largo que sobresale, verás
que está blanco en la parte inferior, lo puedes masticar pues está dulce, así encontrábamos madejas en el suelo de los animales que lo mastican y
después lo tiran.
De vez en cuando nos parábamos en
el camino, teníamos una brisa
agradable, teníamos que contemplar el
paisaje, como un gran valle, divisábamos a lo lejos y aún muy distante
Alhama, un gran barranco, alguna
construcción muy antigua, otras menos y me fijé a lo lejos un tubo muy largo al otro lado del barranco y me
acordé de las palabras que me dijo
Calisto al comenzar, ves ése tubo, pues nos servirá de referencia a
la vuelta, entonces en algunos recodos,
divisé a lo lejos el punto de partida, estábamos llegando, no nos
habíamos dado cuenta eran las 13
horas, se nos había pasado el tiempo en
un suspiro, lo habíamos pasado bien y por si aún faltaba algo más, nuestros
grandes amigos Carmen y
Paco, se habían traído una nevera, con cervezas, coca cola, fanta, zumo, y algo para picar, era la hora del
aperitivo, unos berberechos, espárragos,
y algunas lata más, son fantásticos, a
que sí ………………..
Y la aventura terminó por ese día, pero habrá muchas más…espero que sintierais parte de lo
que yo sentí, de lo contrario tendrás
que repetirla o no estábamos en el mismo
sitio. Me sentiré feliz si algo de lo
que os he contado te ha hecho recordar aquel día o aliviarte un poquito los problemas
de hoy.
Saludos,
Antonio Ros
A continuación os pongo un enlace con un vídeo muy bonito de esta ruta realizado por la Asociación de senderismo ATA:
Fuente Bermeja.
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