lunes, 31 de diciembre de 2012

Ruta: El valle 29-12-2012

Hola amigos de Menua Ruta:

Nada mejor para terminar el año que una excursión por nuestra Sierra. Este sábado, algo fresquito, se hizo una ruta muy suave, de unos diez kilómetros de longitud y de baja dificultad. Desde el Valle alternando tramos de camino, senda y sobre todo monte a través, llegamos cerca del Castillo del Puerto a una antigüa casa señorial en un paraje precioso. Después de almozar vuelta al punto de salida. Duración cuatro horas y media. Por supuesto, las fotos ya las teneis subidas.



También quiero aprovechar, especialmente a los que no he podido ver últimamente, para felicitaros las fiestas y desearos una feliz salida y entrada del nuevo año 2013.

Para no machacaros con tanto villancico, papá Noel... a continuación os pongo dos enlaces para que disfruteis unos minutos. El primero, en una canción de Barry White “You re The First, The last, my everything” por la que el tiempo no pasa y seguros que os traera buenos recuerdos. El segundo, es el anuncio de Campofrio "El curriculum de todos", que viene muy bien en estos tiempos tan dificiles. ¡Animo a todos! y ¡Muchas felicidades!.






 

Besos y abrazos para todos.
José Pozuelo.

Ruta: Sierra Espuña - El Berro - 1-12-2012


EL BERRO

LA FASCINACIÓN

Este sábado salimos con una idea y terminamos con otra, pensábamos realizar la ruta de Fuente Bermeja por el margen derecho, como la última vez, la verdad que fue preciosa, pero en el punto de partida y viendo que éramos pocos, decidimos hacer una nueva, así que todos en el todo terreno de Pablo nos dio una vuelta turística. Nos desviamos antes de llegar a Alhama y nos dirigimos hacia la sierra de la Muela, pasamos por un embalse, por el pantano y seguimos por el canal, entusiasmado Pablo nos iba comentando las anécdotas del camino, así por toda la sierra hasta llegar al pueblecito llamado EL BERRO, como teníamos prisa no terminamos de entrar, aparcamos en  un aparcamiento habilitado junto a un jardín nada más entrar al pueblo, que está muy bien y comenzamos a ver hacia donde ir, pues habían varias rutas que se podían coger.

Comenzamos la andadura y nada mejor que preguntarle a una mujer que por allí pasaba, ésta nos encaminó por una senda, “EL BARRANCO DE LAS BRUJAS”, menudo nombre  ¿no?.
 
Mal señalado, ya que tenías que ir viendo cada rinconcito por si había alguna señal, cada desvío tenias que estar atento, pues la señal no estaba al principio, si no dos o tres metros más adelante, es decir, teníamos que ir con ojo para no perdernos, aunque era un poco difícil que eso pasara, pero algunos tenemos mala orientación, íbamos por la umbría y por un lecho de piedra suelta blanca, estrecho, lleno de vegetación, era otro de esos rinconcitos que merece la pena ver, íbamos ascendiendo, ya en lo alto y en la salida del barranco, nos vimos de frente el Morrón con la Senda del Caracol y a la derecha, se vislumbraba las Paredes del Leyva.  

Ya en lo alto y en la llanura, la vegetación cambió, pinos altos, matorrales, romeros, la luz del sol abriéndose paso entre sus ramas y seguimos hacia delante, un cruce, pienso que de frente, no a la izquierda o es la derecha,  ya sabéis, tratar de ponernos de acuerdo cuando cada uno dice una cosa, bueno, el sentido común y el mapa que llevábamos, vamos en dirección a la Casa del Leyva, pasamos cerca del sendero de los Dinosaurios, el que hay cerca de la zona de La Perdiz y la Senda del Caracol a nuestra espalda, la verdad parecía tan cerca que incluso decíamos de subirla, quizás llevábamos fuerzas de más o era que lo que habíamos andado hasta el momento había sido muy suave, vamos un paseillo.

En las Casa del Leyva y en dirección hacia El Berro, decidimos hacer una parada para reponer fuerzas, vaya que si lo hicimos, el almuerzo, la fruta, el café y la compita con los dulces de Carmen y Paco.

Seguimos por el sendero que nos habían indicado, a la derecha el barranco que llevaba a Fuente Bermeja y Río Espuña, la vegetación estaba en todo su esplendor, el Romero y el Tomillo en flor, los pájaros, el olor a monte y a madera, ya por caminos que nos gustaban más, nos topamos un montón de ciclistas, la verdad  es que íbamos de paseo, de esas veces que sales a andar, sin prisas, relajado sin hacer demasiados esfuerzos,  o ¿era vuestra compañía?, buena temperatura de vez en cuando al solecito, una parada, una mirada a lo lejos, una exhalación, una palmadita en la espalda, estábamos muy bien, llegamos a la carretera y a falta de señalización, lo de siempre, unos, que si para la izquierda, otros, que para la derecha,  al final dos voluntarios subieron al cerro más próximo y divisaron nuestro destino y nos encaminaron, vimos casas preciosas entre los pinos, con miradores espectaculares, llegamos al pueblo y empezamos a ver esas casas, chales preciosos, casi todos cerrados, pero con unas vistas, unos porches para pasar el verano al fresquito, unos jardines impresionantes, ya en el pueblo, decidimos ir a la panadería, había que comprar pan y nada mejor que el sitio que ya conocía mi hermano, conocimos a Carmen, bueno a super Carmen, una mujer luchadora,  nos enseñó con agrado la panadería, donde preparaban el pan, como lo hacían de manera artesanal y natural, nos enseñó el horno y el asado que estaba preparando y que nos ofreció a expensas de saber que se quedaría sin comida pues tenía una pinta que pa que deciros, le compramos y nos regaló pan, tortas de naranja, magdalenas y no compramos más pues no le quedaba, nos despedimos de ella y de su panadería, no sin antes prometer que volveríamos, salimos a la plaza del pueblo, es impresionante y bello, lo que me impresionó del pueblo es que no se veían casas viejas, todas estaban bien arregladas sus fachadas, con sus colores, el ambiente era algo que te invitaba a volver y es algo que tengo que hacer.

La vuelta no iba a ser menos que la ida, y nuestro querido Pablo decidió nuevamente hacer de guía turístico y si antes llegamos por una carretera no íbamos a volver por la misma, así que decidió echar por otra, menos mal que lo convencimos, si no nos lleva por Mula y Ricote a pocos ruegos, nos dirigimos por la carretera y tomamos en dirección a Fuente Librilla, tranquilicos y sin prisa, antes de llegar a Barqueros cogimos el canal y lo seguimos hasta llegar a la autovía  y la aventura  terminó por ese día,  pero habrán  muchas más… y ahora con gafas nuevas podré ver lo mismo que tú o no.

Espero que sintierais parte de lo que yo sentí, de lo contrario tendrás que repetirla o no estábamos en el mismo sitio. Me sentiré feliz si algo de lo que os he contado te ha hecho recordar aquel día o aliviarte un poquito los problemas de hoy.

Saludos,
Antonio Ros